Cuando la antropóloga Verónica Reyero presentó en Readmagine sus ideas sobre las tendencias de consumo durante el confinamiento, había pocos datos en manos de la industria cultural y, por lo tanto, la comunidad internacional en torno al libro estaba muy interesada en comprender el impacto que esas condiciones extremas podrían tener sobre el mercado.
Reyero fue presentada por Luis González (Director General de la Fundación GSR) como una nueva presencia que podía aportar a Readmagine ideas e inspiración para hacer un primer balance de cómo se estaba comportando la gente durante los dos o tres primeros meses de esta crisis global.
La primera idea de Reyero fue que: “Los Homo Sapiens tenemos una gran capacidad de adaptación a nuevos contextos -podemos vivir en el desierto del Sahara a más de 45 ºC y en el Polo Norte a menos de 30ºC. No es de extrañar lo rápido que dos tercios de la población mundial se adaptaron a un bloqueo total”. A partir de este principio de adaptación desgranó varios interrogantes.
¿Qué cosas seguirán igual y qué cambiará después de Covid-19?
Los efectos y consecuencias sociales del confinamiento han sido estudiados en el pasado por antropólogos, sociólogos y psicólogos. Sin embargo, los casos investigados en el pasado se centraban mayoritariamente en internos en cárceles y / o experimentos sociales -como tener un grupo de personas en un pequeño bote en el mar durante un mes- y otras situaciones extremas. Pero, ¿qué pasó en nuestras casas desde marzo? ¿Cómo hemos estado pensando y comportándonos? ¿Nos ha transformado esta situación? Y si es así, ¿cómo y por qué? Los efectos del covid-19 en nuestros comportamientos y actitudes requieren un examen detenido.
Muchas personas se volvieron a conectar consigo mismas, con sus casas, cónyuges e incluso con amigos y familiares lejanos a través de las numerosas plataformas de videollamadas que usaron desde las primeras semanas. Se extendió la expectativa de que las compañías facilitaran servicios gratuitos debido a la crisis covid. Después de algunas semanas ya se empezó a hablar de “fatiga del zoom” y se pasó una fase de “vuelta a los clásicos”: repostería y libros impresos.
Nuestros rituales cambiaron: dejamos de maquillarnos antes de salir de casa y empezamos a limpiar los paquetes de comida antes de guardarlos en nuestras despensas. Sin embargo, a medida que transcurrieron más semanas nos dimos cuenta de que la mayoría de los cambios que podemos ver en realidad no son cambios, son solo impulsores de procesos que ya estaban sucediendo. El coronavirus ha sido el acelerador de muchas tendencias ya existentes.
El trabajo a distancia ya estaba siendo anunciado durante años, como algo previsto, y ahora llega a nuestras vidas en cuestión de días. La vigilancia digital ha existido desde hace un tiempo, pero hasta ahora no nos habíamos dado cuenta de cómo se estaba utilizando. Y nuestras tendencias de lectura en diferentes formatos, plataformas y formas, también han venido floreciendo durante estos meses. «Entonces, ¿la gente leyó más o menos durante el encierro del covid?» Puede que te estés preguntando. La gente lee aproximadamente lo mismo. Aquellos que no leían mucho antes de Covid no se convirtieron de repente en ratones de biblioteca. Y aquellos que solían leer, pueden haber tenido más tiempo para leer, pero probablemente también hayan tenido más dificultades para concentrarse. Sin embargo, la forma en que leemos, el tipo de contenido que elegimos y las formas en que compartimos y aprendemos entre nosotros se han actualizado de manera creativa en esta época.
Verónica Reyero es una business anthropogyst con sede en Valencia, España. Licenciada en Antropología Social y Cultural por la Universidad de Granada y Máster en Uso Racional de Medicamentos por la Universidad de Valencia. Como investigadora, Verónica ha trabajado tanto en organismos públicos como privados, en proyectos nacionales e internacionales para diversos sectores incluyendo salud, alimentación, tecnología y Real Estate. Verónica es uno de los socios fundadores de Antropología 2.0, agencia pionera en aplicar un análisis antropológico a los desafíos empresariales.
El equipo de Readmagine (FGSR y IPDA) le pidió que propusiera un lema o un enunciado general vinculado a las industrias culturales y ella propuso esta idea: “La cultura como conjunto compartido de creencias, comportamientos y valores está en constante remodelación”.
Readmagine 2020 logró adaptarse a la imposibilidad de reunir a los participantes en la Casa del Lector como en ediciones anteriores mediante una estrategia de colaboración y digitalización. Esta organización junto con Digital Publishing Summit se adaptó a las dificultades que surgieron para un evento físico durante la primera oleada de Covid-19 para un encuentro muy basado en la interacción de unos profesionales con otros a principios de junio. El desafío que implicó bastantes riesgos ha catapultado a Readmagine como un evento global, que durante estos días está reuniendo a 550 profesionales de la industria editorial internacional.
Este encuentro ha contado con la ayuda del Ministerio de Cultura y Deporte.