Evolución en nuestra forma de entender la innovación en el mundo del libro
En 2009 nos planteábamos la promoción de la lectura y la industria editorial como si fueran hojas en blanco a la espera de redefinición radical que se quisiera diseñar para el futuro. La causa era el impacto que esperábamos de Internet y los dispositivos digitales móviles. En aquella época el equipo de FGSR pensábamos que era urgente construir un nuevo esquema de prioridades para preservar y apuntalar nuestro mundo de libros y lectura. De alguna forma, nos desanimó la falta de respuesta a nuestros repetidos intentos de implicar a otras organizaciones en la reinvención de las propuestas de valor, los flujos de trabajo, los procedimientos y el diseño de unos objetivos transformados.
Diez años después (2019) nuestro equipo había aprendido muchas cosas a partir de nuestras investigaciones, estudios, alianzas y, sobre todo, de los resultados de nuestros proyectos experimentales. Muchas de esas lecciones nos estaban llevando a considerar retrospectivamente que aquellos esfuerzos habían sido una ingenuidad: el impacto de lo digital no parecía tan radicalmente transformador.
No obstante, después de este año pandémico (2020) ha quedado muy claro que esta crisis ha acelerado cambios que suponíamos que ya se irían desarrollando, pero que habíamos aprendido a no esperar que se produjeran tan rápidamente en el sistema del libro y la lectura (sistema formado tanto por organizaciones como procesos). En 2021 tenemos que afirmar que las grandes transformaciones que se pensaba ocurrirían en años están sucediendo en apenas meses. Este es el caso de la convergencia de contenidos, el trabajo remoto con herramientas digitales, la generalización de la virtualización de la cadena de suministro, o la transformación súbita e incesante de las expectativas de los clientes sobre el contenido, los canales de acceso y la experiencia del usuario como proceso global.
Lecciones de la pandemia: evidente aceleración de los cambios
La rápida aceleración digital durante la pandemia ha consolidado a la tecnología y los flujos de trabajo eficientes como las piedras angulares de la supervivencia en el mercado de las empresas del libro. La brecha entre las industrias editoriales que tenían muy implantados ya con fuerza procesos digitales (como la venta on-line) y las que habían sido más lentas en este campo se manifiesta en la divergente evolución de las cifras de cada mercado en el cierre de 2020 (por ejemplo, entre España y Portugal).
Hayan sido mejores o peores los resultados de 2020 en cada mercado, parece que se va viendo con claridad una realidad para el mundo del libro: durante todos estos años, nuestra industria ha sido optimista en la autoevaluación del ritmo de su innovación, porque se ha pensado que estábamos más avanzados en las transformaciones digitales de lo que los hechos demuestran (por ejemplo, en el caso de la venta de libros con el crecimiento de Amazon).
Sin embargo, la buena noticia es que durante este período crítico también se ha detectado que existe una base para una adaptación rápida, mediante el uso de herramientas digitales disponibles y el aprovechamiento de las fortalezas tradicionales del ecosistema del libro y la fidelidad de los lectores.
Los “implantes digitales” para potenciar nuestro sistema tradicional del libro
Sigo creyendo -como lo hacía veinte años- que limitarse a un enfoque de “esperar y ver qué pasa” llevaría finalmente a las empresas del mundo del libro hacia el lado oscuro de la brecha digital. Pero ahora comprendo que no siempre la innovación y la supervivencia vendrán de que las empresas adopten mentalidades y modelos de negocio completamente diferentes a los tradicionales. La innovación no equivale a pensar en contenidos “transmedia” o comunidades de “prosumidores”, sino de lo que ahora describo como la inserción de implantes digitales para potenciar la experiencia analógica o para potenciar la viabilidad económica de una editorial o una librería.
De modo consecuente, hoy la estrategia de FGSR es diferente a la de 2009, se centra más decididamente en ayudar a la industria y las organizaciones de lectura (bibliotecas y educación) a adaptarse a los cambios inmediatos que están más claramente ligados a la aceleración digital. Y una de nuestras herramientas más operativas ha sido diseñar un nuevo tipo de formación:
- Desde una perspectiva metodológica: buscando experiencias más prácticas y participativas.
- Desde la perspectiva de las áreas de interés: centrando el foco más en la integración de “implantes digitales” en la industria editorial tradicional.
Proyectos de formación para el aprovechamiento de los implantes digitales
Uno de los ejemplos de esta estrategia es nuestra participación en el proyecto SIDT Books (siglas correspondientes a Sustaining and Innovation cultural Diversity in Literary Translation), apoyado por la financiación de Europa Creativa. Este proyecto tiene como objetivo construir puentes entre innovadores y profesionales del sector del libro, con una combinación de investigación y un conjunto de módulos formativos para la capacitación práctica. La FGSR organiza la mitad de esos módulos para profesionales. Con SIDT Books tenemos el objetivo de identificar y difundir modelos de buenas prácticas relevantes para PYMES de la edición, distribución y venta de libros.
La segunda manifestación de esta estrategia son los denominados “Bootcamps del libro” que estamos desarrollando con el apoyo del Ministerio de Cultura y Deporte (España). El objetivo de este paquete de siete unidades de capacitación es reunir a quien toma decisiones, joven talento y líderes de proyectos de innovación de la industria para compartir sus conocimientos y habilidades, así como aprender a aplicar estas prácticas novedosas en los procesos cotidianos del sector.
El objetivo es que los participantes tengan acceso al potencial de las nuevas herramientas digitales para mejorar la adaptación al mercado, descubran cómo establecer alianzas con proveedores tecnológicos para que trabajen con nosotros como marca blanca, aprendan a integrar la dinámica del pre-test que aplican otras industrias en sus procesos de producción, incorporen las innovaciones derivadas de los cambios en el tipo de contenido como una faceta más de su trabajo y aprendan a redirigir el contenido en función de los datos de comportamiento de los lectores.
Estos bootcamps también integran sesiones de design thinking dedicadas a identificar los problemas o desafíos a los que se enfrenta una empresa del libro y otra propuesta formativa que desafía a los participantes a comprender cómo construir una relación efectiva usando Internet y brinda una experiencia práctica con la creación de una página básica de comercio electrónico, mediante la utilización de una herramienta de WordPress (no tanto para que la instalen en su empresa, como orientada a que se comprenda cómo opera).
El objetivo de esta estrategia es compartir conocimientos y herramientas para aumentar la eficiencia dentro del mundo del libro: la cadena de valor circular, la gestión inter-industria, las nuevas combinaciones para el control de la cadena de suministro y las herramientas de pago, con especial interés en blockchain, impresión bajo demanda, intercambio de datos, experiencia de usuario o soluciones de triangulación.
Ahora estoy más convencido de que la estrategia más útil es potenciar las habilidades en la construcción e instalación de implantes digitales para fortalecer la eficiencia de las pymes y empresas grandes del sector editorial y favorecer sus posibilidades de competir con las empresas del modelo de negocio plataforma.
Como miembros del ecosistema español y europeo de libros y lectores, debemos esforzarnos en comprender el significado del impacto de la pandemia: ya no competimos estrictamente por la cuota de mercado con las plataformas digitales; estamos compitiendo contra el reloj para construir nuestra visión del futuro de un modo suficientemente rápido, antes de que esos nuevos jugadores sean capaces de imponer unas reglas inasumibles. Esto supone que debemos centrarnos en nuestra capacidad para acelerar y dominar las pequeñas y grandes transformaciones que sean factibles en cada fase o proceso de esta industria. La capacidad de adaptación futura debería ser un objetivo directo de las decisiones tecnológicas que tomemos hoy.
Una de las características definitorias del ecosistema del libro y la lectura debería ser la generación de un impacto social positivo. Lo que seguimos pensando desde hace veinte años es que la industria editorial debería adoptar las herramientas digitales para una transformación. Estas herramientas son completamente agnósticas y, pero una forma europea de transformación digital puede implicar que el nuevo modelo tras la pandemia se construya sobre unos valores europeos compartidos.
Luis González
Director General
Fundación Germán Sánchez Ruipérez
Este proyecto ha recibido una ayuda del Ministerio de Cultura y Deporte
